lunes, 31 de enero de 2011

Investigación como Opción de Futuro

(Entrada reciclada del blog en el que trabajo de la e2i.He quitado un par de cosas que no venían a cuento de este blog, del post original)




Decíamos en otro post, que la innovación no puede ir separada de la investigación ni del desarrollo. De ahí que se usen las siglas I+D+i. Y para entender por qué, hay que saber de qué hablamos cuando decimos investigación.
¿Qué se entiende por Investigación? Normalmente a uno le viene a la cabeza un grupo de científicos de alguna universidad, trabajando en ciencia básica, sin aplicación directa en la sociedad ni en la tecnología. Es una imagen recurrente, que tenemos en España. Sin embargo, la investigación es imprescindible para avanzar tecnológicamente, pero suele necesitar un proceso más largo y una inversión de más riesgo que la innovación. Por eso, las empresas suelen ser más reticentes, y son los centros de investigación como las universidades, las que se dedican a ello.

Por otro lado, existen diferentes formas de investigación. Una forma puede ser investigación básica, entendiendo esto como que el objetivo de la misma es obtener mayor comprensión de un hecho o tema científico, sin aplicación clara o directa. El producto de esta investigación es la generación de conocimiento o de confirmación y establecimiento de teorías científicas que expliquen hechos.

Pero también existe lo que se podría llamar investigación aplicada (algo que tampoco es muy frecuente en las empresas españolas, por desgracia). En este tipo, encontramos la generación de prototipos, métodos o conocimiento con aplicación mucho más directa en la sociedad: investigación en componentes electrónicos para coches híbridos; desarrollo de software para control de robots; estudio sobre los efectos de una sustancia para obtener medicamentos. Los ejemplos son muchos, y este tipo de investigación es la que suele recaer en las empresas privadas, mejorando sus propios productos, y en ocasiones, dando resultados publicables en el mundo científico. Esta línea de trabajo es la que permite a los países cuyas empresas la emprenden, dominar el panorama científico-tecnológico, además del económico, ya que tener las patentes sobre nueva tecnología se transforma en ganancias económicas.
Pero en España, no se produce, en el mundo empresarial, ninguna de estas dos corrientes principales de investigación salvo en empresas o fundaciones especialmente grandes. Una buena forma para salir del mal estado económico que pasa el mundo en estos momentos, es comenzar a andar por esa senda, aumentando las ayudas en I+D+i, mejorando el acceso a esas ayudas, formando más personal técnico, matemáticos, físicos, biólogos, ingenieros, de manera que no falten trabajadores cualificados.

Porque sin investigación, la innovación se queda huérfana. Cuando hayamos dedicado todo nuestro esfuerzo en innovar y optimizar todos los procesos de las empresas, todas las técnicas de fabricación, llegaremos a un punto muerto. La innovación implica ideas nuevas para hacer cosas “viejas”, pero necesitamos también cosas nuevas, tecnología puntera, conocimiento aún por descubrir. Es ahí donde la innovación desarrollará todo su potencial.

2 comentarios:

metaforados dijo...

Creo que he entendido la diferencia entre investigación e innovación, aunque no distingo muy bien la investigación aplicada de la innovación propiamente dicha.
Dicho esto comparto la idea de que la investigación (sobre todo la básica) tiene su caldo de cultivo en las universidades, mientras que la investigación aplicada (¿innovación?) se desenvuelve mejor en la empresa privada.
Mi pregunta es acerca de las ayudas a I+D+I. Si el Estado ayuda a la investigación aplicada, ¿cómo revierte ese gasto en el Estado si luego son las empresas las que fabrican los productos (muchas veces fuera del territorio español)?
Y otra cosa, ¿Sacan las universidades algún provecho económico a partir de los resultados de la investigación básica?
No es que crea que el conocimiento deba estancarse, pero me parecería injusto ofrecer gratis algo que luego genera muchísimos beneficios a manos privadas.
¡Un saludo G!

G de Galleta dijo...

Se me ha ocurrido un ejemplo gracioso pero claro, sobre la diferencia entre investigación aplicada e innovación. La innovación sería coger algo ya existente, un caramelo, y clavarle un palo para inventar el ChupaChups. La investigación aplicada sería desarrollar un caramelo que se mantuviese sin derretirse para que el chupachups no pringue. Espero que te de una idea de la diferencia, aunque no es una separación clara, ya que muchas vec es se entremezcla la innovación con la investigación aplicada.

En cuanto a las ayudas a I+D+i, lo cierto es que suelen ser más bien ventajas fiscales para empresas que sean de I+D+i y de préstamos ventajosos. Además, generalmente van destinadas (creo que ahora mismo todas son así) a la contratación de personal para esos proyectos de I+D+i. Así que la ventaja para el Estado, es que se aumenta la demanda de esos empleos dando trabajo a la gente (que en el fondo, forma el estado en sí). Además, al tener empresas innovadoras y de investigación, consigues mejores productos de todo tipo (no sólo de consumo, también servicios o tecnologías útiles) que siempre benefician al país.

De todas formas, aquí me da la sensación que se hace mal, se dan mal las ayudas, y éstas están mal diseñadas. Pero la idea sería buena, la ejecución no.

Con respecto a lo que dices de las universidades, yo también tenía esa duda. Y tal y como temía, parece que las patentes no dan beneficio a las universidades que las poseen. Pero tampoco se regalan a las empresas. Simplemente se desaprovechan y se guardan en un cajón. Echa un ojo a esto:

http://francisthemulenews.wordpress.com/2010/12/07/la-rentabilidad-de-las-licencias-de-patentes-de-las-universidades-espanolas/

Un saludo!