domingo, 28 de noviembre de 2010

"¡Dejen paso, soy homeópata!"

En Futurama, siempre encontramos humor ácido, y bastante escepticismo. Ciencia ficción con humor, vaya. Y en este vídeo que os traigo, vemos que son buenos.





"Usted es licenciado en chorradas" es una de las mejores frases que he podido escuchar en mucho tiempo. Un saludo!

miércoles, 17 de noviembre de 2010

La Innovación desde abajo

Estoy trabajando en un tema relacionado con la innovación y las políticas al respecto, y trasteando por las TED Talks me he encontrado con un vídeo que merece la pena. Explica, de forma clara, desde dónde se produce la innovación, quiénes son los que realmente la producen. Es bastante interesante, y sorprende que hable de cosas aparentemente no relacionadas, como de código abierto.




A mi me ha cambiado la forma de ver la innovación, y darme cuenta de que no es tan exclusiva de las grandes empresas, como pensaba.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Ciencia ficción y niños grandes

Existe la común idea de que aquellos que leen ciencia ficción son un poco inmaduros, "peterpanes" del siglo XXI que no son capaces de entender o apreciar la Literatura con mayúsculas: Albert Camus, Oscar Wilde, Faulkner... Quienes piensan esto son intelectuales... y catetos pretenciosos y gafa-pastas, eso es lo que son.

Porque quién sea capaz de apreciar buena literatura, también será capaz de apreciar las obras de Isaac Asimov, de Douglas Adams o de Gregory Bendford. Porque para ser una buena novela, buena literatura, no tiene que ser una historia intimista, con gran carga moral o tratar de los sentimientos a través de las tragedias personales. Puede ser una gran historia, y hablar de la sociedad, del hombre, de las personas, aunque esté ambientada en el año 10.502.

Quizá ese es el problema: la percepción de la sociedad acerca de la ciencia es que es fría, sin sentimientos, mecánica y vulgar. Pero quién piensa eso, seguramente se defina como "de letras", y pensará que la ciencia para los científicos, que a él/ella ni le va ni le viene (todo esto se lo estará contando a su amigo a través de un iPhone 4, mientras va en un tren de alta velocidad y se toma una pastillita para el dolor de estómago... la ciencia no le incumbe, claro).

Sin embargo, la ciencia ficción sorprendería a muchos de sus detractores o de aquellos que piensan que es cosa de niños. Claro que para apreciarla, quizá haya que tener alguna idea de ciencia, saber algo del método científico y tener la mente un poco formada para pensar de forma lógica (que no significa no sentimental, ni mucho menos). No lo sé.

El rey de la Sci-Fi en su trono
Pero a los que dicen que la Sci-Fi es de niños, me gustaría que leyesen algún relato de Yo, Robot de Asimov (no, la película no le hace honor al libro): robots programados bajo las Tres Leyes que tienen que obedecer porque está en su naturaleza, y que se comportan de forma extraña y peligrosa... y resulta que no están estropeados: siguen las Tres Leyes, pero de una forma que no se podría haber previsto. El inteligente razonamiento que hay detrás de esas historias es algo genial.

A aquellos que dicen que no les gusta la Sci-Fi porque no habla de la sociedad, porque son futuros inventados: no han leído buena ciencia ficción, porque las complejas sociedades espaciales de Asimov en sus Preludios a la Fundación, la separación de la humanidad en una especie de cientos de años de vida, y otra de humanos corrientes, y las implicaciones en su comportamiento que esta diferencia tiene, son asombrosas, y estoy seguro, ayudan a entender ciertos comportamientos actuales. Son ejercicios académicos, crear una sociedad futura, con diferentes condiciones. Pero surgen ideas que pueden ayudar a comprender a la sociedad hoy en día, al menos, a proponer opciones.

O también, para cerrar este pequeño pataleo literario,  Planilandia, de Edwin A. Abbot, que allá por el siglo XIX sorprendió a propios y extraños, presentando un mundo de seres bidimensionales organizados en castas en función del número de sus lados regulares. Con esta idea, desarrolla un análisis sorprendente de un sistema social de este tipo (y lo hace con figuras geométricas) además de dar nociones básicas de geometría, sin que el lector se de cuenta. Y lo fuerte viene cuando una esfera del mundo tridimensional, se lleva a un humilde personaje bidimensional, que se convertirá en un mártir y en un profeta de la religión de la Tercera Dimensión.

A este propósito, os recomiendo ver este vídeo de Carl Sagan hablando sobre las dimensiones del Universo, en el que utiliza el ejemplo de Abbot para explicar nociones bastante avanzadas. Pero como es Sagan, todo se entiende perfectamente.


P.D.: buscando imágenes con las que amenizar esto, me he encontrado con esto. Más libros, que siendo algunos de divulgación, incluyen ciencia ficción.