martes, 27 de octubre de 2009

El "músculo" del que muchos se olvidan

"El hombre que se pasa toda la vida realizando unas pocas operaciones simples... no tiene la posibilidad de emplear su entendimiento, o de ejercitar su imaginación descubriendo recursos para resolver problemas que nunca se plantean. Él ..., generalmente, se vuelve tan estúpido e ignorante como una criatura humana puede llegar a serlo"


Adam Smith

jueves, 22 de octubre de 2009

¡Vísteme despacio que tengo prisa!


Actualización: pensando sobre la derrota que sufrí hace unos días cuando escribí esta entrada, he hallado una solución a mi problema. Si las partículas que componen el fluído son mucho (pero mucho) más pequeñas que el orificio por el que deben salir, cuanto más inclines la botella, más rápido saldrá el agua. Pero en el caso de las salidas de emergencia y las personas, no tenemos esa condición, por lo que pueden formarse atascos. El ejemplo que se me ocurrió fue el de una botella llena de canicas: las canicas tienen un tamaño del orden del tamaño de la boca de la botella, así que si inclinas mucho la botella con intención de que se vacié de canicas antes, puede ocurrir que obtengas lo contrario. Se atascan varias en la boca de la botella y no salen.

No tengo canicas, así que no lo puedo hacer, pero recuerdo que de pequeño si tenía y sí pasaba lo que os he contado. Supongo que es un símil para lo que dice el artículo que comento en la entrada.



En la página de Scientific American (versión on-line) de Agosto me encontré con un artículo bastante curioso. Pero no tuve tiempo para dedicarle, así que ahora os lo sirvo un poco frío, pero sigue siendo interesante. El artículo hace referencia a un paper publicado en Physical Review E. , revista que trata de procesos de física estadística, caóticos, dinámica de fluídos, física del plasma, ect. Una especie de cajón de sastre bastante interesante, o eso me parece.

En cuanto al artículo, que se titula "Introduction of frictional and turning function for pedestrian outflow with an obstacle", el estudiante de graduado Daichi Yanagisawa y colegas, estudiaron cómo disminuir el tiempo de evacuación en las salidas de emergencia, y cómo reducir los cuellos de botella que se producen en las evacuaciones con gran cantidad de gente. El artículo se consigue bajo pago, y no tengo dinero, pero el anlace a Scientific American donde está la reseña es éste. La conclusión que saco de lo que viene en el enlace anterior es que, básicamente, aplicaron dinámica de fluídos. Calcularon coeficientes de fricción, vorticidad, etc. todo típico de los problemas en los que intervienen fluídos.

Lo cierto es que tiene sentido: podemos pensar en las personas como en las partículas de un fluído, que intenta salir a través de una abertura (salida de emergencia en este caso).

A priori, podríamos pensar en un fluído muy simple, en el que fuesen "bolas" rígidas que chocasen elásticamente (sin perder energía), y sin interacción. Pero se podría ir mejorando el modelo: habría que introducir un término de interacción (el pánico de la gente, el "ansia" por salir, sería la "fuerza" de interacción, pero a ver quién es el guapo que lo modeliza); también se vería que sería un fluído no newtoniano, es decir, que sus partículas pueden comprimirse dependiendo de las condiciones (cerca de la puerta habría más densidad de partículas/personas que en medio de un pasillo); habría remolinos y demás situaciones típicas de los fluídos.

Pues eso han hecho (aparentemente) Yanagisawa & co. La conclusión es que colocando obstáculos en sitios estratégicos cerca de las salidas de evacuación, se mejora el flujo de gente hacia afuera, y se incremente la velocidad. Han encontrado que los obstáculos deben estar, preferentemente, en las zonas laterales de las vías de evacuación. Es decir, que esas gigantescas puertas de emergencia con un amplio espacio alrededor, en realidad siguen provocando aglomeraciones, cuando hay mucha gente. ¿Por qué? Bueno, pues porque como la gente puede llegar a la puerta desde cualquier lado, hay más facilidad para llegar a ella, se llena de gente, y es entonces cuando no caben todos a la vez por la misma. Situando estos obstáculos, tales como columnas, se puede "guiar" a la masa hacia la puerta de forma más moderada, sin que llegue a colapsarse porque haya demasiada gente.


El símil que se me ocurre es el de una botella de agua llena: si la das la vuelta, el agua saldrá a borbotones, porque tiene que entrar el mismo volumen de aire que volumen de agua sale, y la boca es demasiado estrecha; sin embargo, si la vas inclinando lo máximo posible, sin que llegue a ocurrir lo anterior, vacias antes la botella de agua. Desgraciadamente no ocurre así: haciendo el experimento, con una botella de Aquabona de 50 cl, cuando le das la vuelta tarda 3.2 s en vaciarse, y cuando intentas evitando que "haga borbotones" tarda algo más de 4 s en vaciarse. Así que mi gozo (o símil) en un pozo (o sea, la basura).

Después de esta derrota lamentable en mi propio blog, no tengo nada más que decir al respecto, salvo que se hizo un estudio similar con respecto al tráfico. La idea creo que es parecida. Echadle un ojo si queréis, porque además está en una sección de postcast de la Scientific American, que a más de uno le gustará.

Intentaré conseguir el artículo desde la facultad, que igual está suscrita, pero si alguien puede conseguirlo, por favor que me lo envíe, porque me parece muy interesante cómo han modelizado a una turba frenética, jeje.

Galletas a todos!

lunes, 12 de octubre de 2009

FENG SHUI occidental o el arte de la estafa





NOTA:
descubro que el periódico donde apareció este artículo de Feng Shui, ya cerró, pero yo no me acordaba. ¡Cómo nos acostumbramos a los cambios! Dejé de leer los periódicos gratuitos y ya no sé cuál sigue existiendo...

Hace casi un año que tenía preparada esta entrada, pero por circustancias personales, no pude publicarla. Y ahí quedó, abandonada entre los "borradores" de mi blog, porque yo pensaba que estaba inacabada. Pero resulta que básicamente dice lo que yo quería decir, así que sin modificar nada, la voy a publicar. Probablemente tenga algún fallo, pero sé que me perdonareis. Es una pena que no tenga el artículo original que usé para escribir esto, porque el tema de energías putrefactas y negativas era bastante cachondo. Bueno, ahí va:

Diario gratuito METRO, Jueves 27 de Noviembre de 2008. En la página 12 hay un artículo acerca del arte del Feng Shui. G estaba preocupado: "¡Necesitamos un gato, que la Energía se pudre!". ¿Cómo que se pudre? "¡Que sí, que lo dice el Feng Shui!"¿Pero acaso la energía es una manzana, o una pera? Me pasó el artículo y lo leí. Fue sorprendente... de una antigua filosofía china, una pseudociencia occidentalizada, con un popurri de chorradas diversas, para atraer al mayor número de incautos posibles. Resulta que en el articulito este (una sola página, pero repletita de patadas a la ciencia de verdad y al sentido común) comenta que es bueno tener un gato si uno está fuera de casa mucho tiempo, porque así evitamos que la energía se pudra...¡Coño! y no puedo mejor meter la energía en la nevera, para que esté fresquita?

-"Es que soy alérgico a los gatos"
- Pues cada vez que entres en casa, olerá a rancio, o a leche cortada. Porque la energía no la puedes comprar congelada.

Por otro lado, comenta que el sofá debería ser blanco, cuadrado y cercano al suelo, porque así contrarrestra el efecto negativo de los fantasmas (¡SÍ SEÑOR!) que "traen frio, desorden y sensación de caos" (sic). Resulta ahora que los chinos ancestrales también tenían a los fantasmas que tenemos nosotros...?? No. Los chinos y japoneses, creían en algo parecido al alma, y veneraban a los antepasados. Sí creían en la persistencia del alma tras la muerte, pero los fantasmas vagabundos y tocahuevos son puramente occidentales (y de este siglo, más concretamente). Así que vemos cómo se puede convertir una filosofía oriental antiquísima en negocio, simplemente añadiéndole un toque de cultura popular local, con elementos pseudocientíficos como la energía. Y también con un poco de palurdismo, como el concepto de energía putrefacta. Me gustaría que la señora a la que entrevistan en el artículo, me explicase qué es la energía, y cómo puede demostrar todo lo que dice. Porque ella lo llama ciencia, y la característica principal de la ciencia es predecir comportamientos, y demostrar las afirmaciones que hace. Pero me temo que todo quedaría en una especie de balbuceo en el que mezclaría conceptos tan peregrinos como energía negativa (me imagino que en un concepto psicológico, no se referirá a que tiene signo menos...) "energía del espacio" (lo que ella no sabe es que las teoría cuánticas de campos sí contemplan una energía de vacío, o "del espacio"), "energía de la creatividad"...

A este paso, esta señora se podría pasar por un laboratorio de física teórica (si es que tal engendro existe! "Laboratorio" y "física teórica" en la misma frase! algo va mal en mi cabeza...) para explicarles cuáles son esas energías, y así a lo mejor descubrimos también que es la energía oscura.

miércoles, 7 de octubre de 2009

LA CIENCIA EN ESPAÑA NO NECESITA TIJERAS...


Secundando la iniciativa de La Aldea Irreductible, voy a escribir este post, cortito y aportando un motivo por el que la ciencia en España no debe ver reducido su presupuesto.

Sinceramente creo que renunciar al desarrollo científico del país, en el mundo tecnológico de hoy en día, es el mayor error que se puede cometer. Significa alejarnos o negarnos la posibilidad de desarrollar conocimientos, tecnología y aplicaciones innovadores, que generen empleo y reactiven la economía. Además, la ciencia, tanto básica como aplicada, es una inversión (y una solución en tiempos de crisis) a medio y largo plazo, en desarrollo económico, social y cultural. Tener una sociedad más preparada científicamente, con grandes profesionales "autóctonos" que trabajen y sitúen nuestro país en la punta de lanza, es la única vía para dejar de ser "ese país entre Europa y África".

La Ciencia es un valor seguro, entre otras cosas, porque el afán de entender y conocer cómo es el mundo en el que vivimos, nos ha llevado a los grandes avances que han hecho nuestra vida mejor (aunque tenga sus injusticias y errores). Sin ese afán no tendríamos aviones, electricidad, ni avances médicos que salvan vidas.